jueves, 19 de mayo de 2022

 Desde que vi la luz la busqué, era una mujer hermosa pero no me amaba.


Agonizando abrí los ojos, la vi y me curó. Me amó toda su vida.

lunes, 7 de marzo de 2022

Cinco años.

 Y un día sin saber cómo ni cuando estaba festejando sus cinco años. Traía un pantalón negro y una camisa blanca. Los zapatos también eran nuevos y allí nació la tradición de  su mamá. Festejarlo cada 5 años. Vivía en una casa de madera con techo de lámina, en la parte de enfrente era un restaurante que atendía su mamá, en la parte trasera del patio había un carro viejo sin puertas, en realidad era chatarra pero tenía volante. Allí jugando con sus primos Sonia, Toño y Memín pasaba su infancia jugando, era tan feliz. Francisca su madre, estaba pensando poner una fonda en el barrio Chino ya que donde vivían casi no iba gente. Un día  su mamá le dijo vamos al centro y al escucharla se puso a correr por todo el patio como loco. - Si no te apuras no te llevo le dijo Francia. Rápidamente se puso su pantalón, camisa y zapatos nuevos. Andaba muy contento en el mercado y todo lo que veía le llamaba la atención. De pronto vio a su mamá platicando con un señor, era el Chato. Hablaban de ir a vivir cerca de la estación del ferrocarril. Francia estaba nerviosa, se acercó lentamente a Ikalkim y le preguntó si no se enojaba si se iban a vivir con ese señor. Ikalkim lo vió detenidamente y después a su mamá para decirle con un movimiento de cabeza que no. A los pocos días se mudaron de casa a la estación, cerca de un cambio de vías. El Chato era un buen hombre, pero era alcohólico. trabajaba de chofer en una compañía de recursos hidráulicos y siempre quiso y cuidó a Ikalkim. Ese año, en Diciembre 25 de 1970 le preguntaron por Santa Claus y no sabía quién era. Ve a ver le dijeron, te trajo regalos! Y si! Un día antes habían decorado una rama de chote con algodón y le pusieron unas esferas chiquitas de colores, de la punta del la rama colgaron tiras de escarcha de color azul y rojo y dijeron -Ya quedó el pino de Navidad!  Santa Claus le v trajo un carro grande amarillo, ollas revolvedoras, camiones de volteo, pelotas, una raqueta y varios juguetes más. Jugó con ellos hasta que tuvo 12 años y los conservó en buen estado. 

martes, 19 de septiembre de 2017

El Plan de Alicia

    Había pasado un año de su nacimiento Ikalkim daba sus primeros pasos y ya daba guerra a sus medios hermanos. No lo querían porque les había robado la atención y el poco cariño que les daba su madre. Alicia se encontraba triste y renegaba de todo. Tenia un plan pero le daba miedo. Revoloteaba en su mente la forma de irse de allí y dejar al padre de Ikalkim. Pero le asustaba la idea de donde llegar y de que no la fueran a recibir con tres niños. Se le quedaba viendo a Ikalkim, le veía sus ojos color miel obscuros. era un poco blanco y cuando el le devolvía la mirada ella lo esquivaba. Estaba demasiado delgado tal vez porque nunca le dio pecho y resaltaba de su piel un lunar verde en una nalga.
    Un día llego su padre y lo cargo unos instantes como siempre, fue a ver a los otros niños y les dijo que fueran al camión porque les había traído fruta. --Mujer el próximo lunes me voy a ir a ver a mi hermana y me voy a quedar en su casa unos cuantos días. Te voy a dejar dinero y si te falta algo dile a tu mama que te mande un giro telegráfico y cuando regrese le llevo el dinero. Ya mero comienza la feria del pueblo y nos están pidiendo apoyo con mobiliario y cerveza. Ella asintió con la cabeza y le dijo que Ikalkim estaba enfermo. --Casi no quiere comer, ya le dije a Doña Remedios que lo viniera a ver para que lo cure de empacho. --Pues ve a verla y llévale el niño, ten este billete de cinco pesos compra lo que te pida para lo alivie. Su padre se quito las botas y se recostó en la cama, pensaba en una mujer morenita y chaparrita de un ejido llamado Chapopote.

    Alicia tomó a Ikalkim y salio corriendo a ver a doña Remedios. Las calles eran de piedra y la casa de la curandera estaba algo lejos. Cuando llegó le preguntó que que necesitaba para curar al niño y la mujer le dio una lista verbal de lo que necesitaba. Se fue al mercado y pregunto los precios de cada una de las cosas que le habían pedido pero no compró nada. Su plan estaba en marcha.

    Cuando llego a su casa le dijo al padre de Ikalkim que ya estaba curado y que no le había alcanzado el dinero. Los días que le faltaban para que su pareja se fuera de viaje se le hicieron eternos. Lavó toda la ropa que tenia sucia de toda la familia aseó su cuarto, llenó los cantaros del agua de tomar y los barriles para uso diario. A Chonita le pidió dinero prestado, ella era difícil de convencer para soltar la lana pero la convenció porque le dijo que le pagaría el doble ya que su marido saldría de viaje y que de regreso le iba a traer mucho dinero.

    Eran las 4:30 de la mañana del lunes y el padre de Ikalkim ya se estaba alistando para salir. Antes de partir paso a ver los niños, no se percato de que su hijo menor seguía enfermo. Subió un viejo portaequipaje al camión y se despidió de Alicia.

    Nomar el padre de Ikalkim era blanco, corpulento, de ojos color verde. Era un buen hombre pero se aprovechaban de su nobleza ya que ayudaba a todos y nadie le recompensaba. Francia lo estaba esperando en el ejido Chapopote y de allí se fueron a Pánuco.

Al día siguiente Alicia despertó a sus hijos a las 4:00 de la mañana y los comenzó a vestir. Los niños casi dormidos los arrastraba literalmente por las calles de piedra. Se dirigían a la casa de Marina una mujer de buen corazón que los cuidaba cuando ella salia de viaje a ver a su madre. Le tocó con golpes suaves para que no se despertaran los demás vecinos. Por fin la puerta se abrió --Sra aquí le dejo a mi hijo Ikalkim cuídemelo porque tengo que salir de urgencia a ver a mi mamá. Le voy a dejar $5.00 para que le compre leche, esta un poco enfermo pero ya hoy se debe de recuperar, lo curó Doña Remedios. -- Y cuanto tiempo vas a tardar por allá? -- Regreso hoy mismo vecina y ya se queda usted con todo el dinero. --Bueno pero que no pase de hoy. --Si no se preocupe y muchas gracias.

    Alicia se fue y dejó a su pequeño hijo. Le remordía el corazón pero sabia que no lo podía llevar con ella. --Estará bien con la vecina. Se decía tratando de convencerse así misma.
 El autobús salió con esa mujer, sus dos hijos y unas maletas cargadas de sueños e ilusiones.

   
   

jueves, 24 de agosto de 2017

Así nació Ikalkim

ASI NACIÓ IKALKIN



La partera apenas podia caminar por esas calles de piedra, pero Alicia le mandó decir que ahora si ya nacería el chamaco. Con esta eran 5 veces que iba a verla y solo eran vueltas en vano. había tenido otro trabajo de parto por la mañana y la verdad andaba fastidiada. Ademas el padre del niño que nacería era chofer de un camión repartidor de cerveza, salia de viaje y a veces duraba tres o cuatro días fuera del hogar. Tenia el presentimiento de que Alicia no tuviera el dinero para pagarle y eso le molestaba. Faltaban pocos metros para llegar cuando por poco se la llevan en su loca carrera una niña de cuatro años y un niño como de dos. No pueden educar a dos y todavía quieren mas escuincles, nadamas traen criaturas a este mundo a sufrir. Ahora estas viejas son cabronas, tienen hijos de un padre y de otro y de otro, no se como se atreven a hacer eso, a mi me daría asco. Cuando Alicia la vio entrar se le llenaron los ojos de alegría, -¡Ahora si Doña Lucha! Este cabrón que no quiere nacer pero ahora  si. Ya no aguanto los dolores y son cada vez mas frecuentes... Ayúdeme por favor. La partera se le quedo viendo sin inmutarse, sin sentir un poco de lastima por aquella mujer que no paraba de quejarse, estaba tan acostumbrada esos gritos que no le causaba ningún sentimiento. Caminó solo unos pasos y observo los trastes que le podían servir. Tomó la bandeja donde se hacían los tamales, un lavamanos viejo de aluminio y un pocillo grande de peltre en el que puso a hervir agua. El fogón tenia brasas y solo las avivó un poco y le puso mas leña. -Quítate los calzones y súbete las enaguas... Y ya cállate que me pones de nervios. La madre no dejaba de gritar, era su tercer embarazo pero nunca había sentido tantos dolores. El pequeño cuarto olía a humedad, a orines, a leña quemada y se encontraba todo desordenado. Todavía colgaba de una viga la cuna que habían usado para el niño. Un pequeño buró y la mesa donde comían se encontraba llena de polvo. El agua comenzó a hervir y la partera ya había acercado el lavamanos y la bandeja, le puso un poco de agua fría y un poco de agua caliente y la puso cerca de las piernas de Alicia.  Ella pensaba en su pareja le dijo que iba a estar con ella en el alumbramiento pero salio muy temprano a dejar un pedido. Pensaba en que ese hijo seria la piedra que faltaba para ya quedarse con ese varón y formar una familia. Era un buen hombre y quería mucho a sus hijos aunque no eran de su sangre. Ella sintió como Doña Lucha le abría con fuerza la piernas. -Puja fuerte y no grites porque sacas el aire. Puja, puja! Alicia sintió como se le desprendía algo del cuerpo. Se escucharon dos nalgadas y después el llanto del bebé, le cortó el cordón umbilical con unas tijeras que usaban para la costura y  lo envolvió en una sabana vieja, lo colocó en la mesa y comenzó a limpiar los ojos, la boca y los oídos. Después lo metió en  el lavamanos, lo baño, lo envolvió en una sabana y se lo puso a Alicia en un costado de la cama. -Ten tu chamaco. Tienes dinero para pagarme? Alicia solo movió la cabeza indicando que no, estaba exhausta. Solo atinó a decir con una leve voz - Cuando venga mi marido. Pero doña lucha que ya iba en camino a su casa no la alcanzó a escuchar. Así Nació Ikalkin

 Desde que vi la luz la busqué, era una mujer hermosa pero no me amaba. Agonizando abrí los ojos, la vi y me curó. Me amó toda su vida.